sábado, mayo 03, 2008

Cumplimiento de crónicas anunciadas.

Una pregunta gravitante siempre ha sido la existencia de un destino pre-determinado. Como tarotista es un asunto muy importante a tratar, principalmente por la cuestión de que si lo leído en las tiradas es o no real.

Conversando el tema, he llegado a una primera conclusión que consiste en la existencia de un futuro “escrito”, las cosas de este mundo no pasan por que sí, sino que con una razón especial, pero esa razón especial no determina al ser que esta padeciendo ese destino. Se podría decir que la influencia padecida es probabilística, no necesaria y por ende con un cierto margen de error que puede provocar un giro del destino.
Eso sí, ese giro dependiendo de la cualidad de ese destino pre-concebido puede ser cambiado con un mayor o menor margen de error. Muchas veces esos destinos parecieran ser necesarios y no probabilísticos, especialmente cuando esta en juego el “marco existencial” de la persona (por ejemplo entender que la persona tiene que morir, por lo cual es un destino ya sabido, el que esta morirá).

A que viene toda este discurso. Hace algún tiempo me leyeron las cartas sobre un tema en específico y es asombroso como éstas dan al clavo de la sucesión de eventos por ocurrir. Así hoy me encuentro como el nueve de espadas, con una sensación de desazón, soledad y abandono, sin esperanza ni ver la luz del tunel, atormentado por los pensamientos, producto de información que no quería saber. La razón juega siempre malas pasadas y una persona como yo que tiene una tendencia viciosa a la racionalidad, ante cualquier perturbación mental padece una proliferación de pensamientos dañinos y autodestructivos que le nublan sus sensaciones y las perturban notablemente.
Pero esa misma carta menciona que la solución se encuentra al frente, que ya se vió lo que proseguía y por ende que esa perturbación sería inútil, vacua, vacia. Si los destinos son tal como ya se han presentado, si hay una pre-fijación probable, uno tiene que confiar en el mundo, en el actuar de lo otro, disfrutar ese mundo tal como es y vivirlo constantemente.

Sentí la perturbación, pero no me dejo nublar por esos pensamientos. El mundo actua de forma sabia y el destino ya prefigurado me muestra que las cosas actuarán para mi beneficio. A sacarse las manos de la cara, a mirar adelante se ha dicho.

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