viernes, febrero 17, 2006

El exilio de la mente.

Recuerdo haber señalado muchas veces que los viajes al sur representaban un exilio que mis padres me imponían de la vida común de Santiago (que en los últimos años se volvió licensiona por decisión propia), que ese exilio era el comienzo de la etapa de la caída (que irónicamente marca el otoño y que esa palabra en inglés significa "fall") y que normalmente marcaban una forma algo sombría de ver la vida.

Este año fue distinto aunque todavía no lo se con claridad, creo que el estar solo mentalmete tanto tiempo producía un sentimiento generalizado de que mi vida era un erial y que la soledad era quien me acompañaba de la mano, eso no dista mucho de la sensación actual con la sola excepción de que la sensación de "erialidad" de oscuridad y tristeza sombría de antaño no incubó en el exilio autoimpuesto y solo crearon ideas buenas y situaciones de autoreflexión positivas para el seguir de los días.

Espero que ello evolucione de mejor manera y que este año sea algo provechoso.

(Disculpas por lo autorreferente del asunto, creo que es producto de la acendencia fotologuera que tengo...).

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