viernes, enero 20, 2006

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En la boca, el sabor dulzón de la pseudovida, los colores revoloteantes entre azul que revolotea a un brillante celeste aguamarina. Centellas de amarillos y verdes rodean el cuadro de van gogh del cual las ventanas (millones de ventanas) de la ciudad retratada se encienden en un rojo fluorescente junto con todos sus habitantes, subiendose a los astros deformados por la teoría del caos, deformados y viajantes hasta el aguamarina que habita en ese techo de distintos azules y celestes en los cuales emerge van gogh con su pipa y su rojo pelo saludando a la multitud pintada por él, aclamada por él, retratada por el... Todo se difumina nuevamente y sonidos interestelares pitean desde el fondo del interestelar espíritu de Vicente, Silver Apple, La Velvet Underground, Infected Mushroom en lo más actual, en lo mas posmoderno, en la época del Dios durmiente y de la nada imperante...